Ser matrona no fue nunca la respuesta que les di a mis profesores en el colegio cuando nos preguntaban qué queríamos ser de mayores.
Pero como pasa muchas veces en la vida, sin saber cómo ni porqué, te encuentras en el sitio adecuado en el momento justo. No he sido de esas niñas o adolescentes que tenían clarísimo que querían ser en la vida. Muchas cosas me despertaban interés y gran curiosidad para comprenderlas mejor. Han sido distintas situaciones de la vida las que me han ido enseñando en qué era buena, y efectivamente a día de hoy no se me ocurre una profesión mejor a la que me pueda dedicar.
Empecé como enfermera, y esos primeros años de profesión, me han ayudado mucho a forjar mi personalidad. Ser enfermera me enseñó a ser mejor persona, he aprendido mucho de los pacientes, su infinita paciencia, su agradecimiento, ser conscientes de la vulnerabilidad de cualquier persona cuando nos ponen un pijama de hospital…Ver lo que ves por los pasillos de los hospitales por los que he trabajado, me recuerda que todos los días tengo que dar gracias por lo que tengo, y a no malgastar mi energía, ni mi tiempo en discusiones. No siempre lo consigo, pero por eso, cuando vuelves al día siguiente a trabajar, vuelves a aprender la lección.
Después de un duelo personal, la vida me abrió otra ventana y realicé la especialidad de enfermería obstétrico-ginecológica (Matrona), tuve la suerte de estudiar los dos años de especialidad en Sevilla, fue otro regalo inesperado de la vida. Y desde entonces es un honor para mí poder acompañar a los futuros padres en un momento tan mágico de sus vidas, lleno de ilusión, esperanza, y en muchas ocasiones de miedo.
Que me permitan compartir esa historia de embarazo a veces tan bonita y otras tan dura, que pongan en mis manos lo que más van querer el resto de sus vidas, me emociona y me llena de responsabilidad, de querer hacer cada día mejor mi trabajo, de prepararme para muchas de las situaciones que vivimos a diario en el paritorio. En una palabra de estar a la altura de lo que esos padres esperan de mi. Es por ello, mis ganas de formarme y formar a profesionales comprometidos no sólo con su profesión, sino con una parte de su destino en la vida.
Actualmente además de la parte asistencial de mi profesión como matrona, llevo años dedicada también a la parte docente, he preparado a muchas compañeras para aprobar oposiciones, acceder a estudiar la especialidad, y últimamente colaboro en curso sobre la movilidad pélvica, que he elaborado con mucha ilusión y ganas con otras compañeras también matronas, que guía nuestros cuidados y atenciones al parto actualizando los conocimientos y fomentando un pensamiento crítico a la hora de trabajar y realizar un trabajo costumbrista.